Deshilachado, sobreprotegido o parcheado… El nuevo hombre, ese que veremos el próximo Otoño Invierno 2017/18, mostrará un look muy particular, en el que jerseys con toques arty serán arropados por maxi-abrigos sobredimensionados gracias al arte del acolchado. Imaginación y modernidad definen a un nuevo hombre, el que acaparará nuestras miradas durante la próxima temporada de Otoño Invierno 2017/18. Este nuevo gentleman llega con deportivas y un traje bordado en su totalidad; o con pantalones muy holgados apoyados en la cintura y jerseys de corte artesanal.
El código entre el sport y lo formal se diluyen, y sobre todo, las tendencias dejan de ser aburridas, establecidas, confluyendo en una misma prenda diversas corrientes creativas. Una inclinación por las prendas de noche que se transforman en ropa de día elegante, se cuela desde la indumentaria femenina, en colores más suaves y siluetas de descanso de estilismo relajado. La intensidad de los diseñadores en los géneros táctiles aparece en acabados brillantes cómo sedas y satenes refulgentes, así como en lanas y franelas cepilladas. Los diseños más sencillos albergan interés en los detalles y tejidos, siendo una de las grandes inspiraciones la camisa de trabajo, con detalles minimalistas y siluetas más versátiles. Revestidas de un nuevo halo de romanticismo masculino, las camisas versión pijama se abren paso en una amplia gama de colores, apliques y originales prints. De patrón tailor y vistiendo con suavidad, abandona la vertiente más casual y regresa con tejidos nobles cómo la seda, el raso o el terciopelo, exudiendo elegancia, lujo y relax a los cánones estéticos del hombre clásico. De espíritu retro, prácticas y cómodas, sus versiones de atrevidos y pronunciados escotes hacen de ella una pieza que funciona muy bien de noche.
Tomando la tipología clásica, la camisa se amplifica jugando con el límite del largo, añadiendo centímetros de tejido y dotándola de un aire más contemporáneo. Con acento oriental, fusionando diseño y comodidad, las camisas tipo túnica se imponen sobre cortes aparentemente sencillos. La ligereza de la seda y el raso conviven con materiales también nobles como el algodón o el lino, aportando movimiento y dinamismo a la prenda y respondiendo con eficacia en conjuntos de vocación casual, para un hombre moderno, decidido y urbano.
Los 90s y la influencia grounge vuelven a recobrar popularidad gracias a las camisas de franela a cuadros. Esta prenda casual y holgada a menudo llevada como prenda de superposición es lo suficientemente amplia como para usarse como camisa – chaqueta. Siendo el protagonista indiscutible el cuadro leñador, la clásica camisa de franela amplía su registro en una amplia gama de variedad de estilos, como el tartán o el príncipe de gales. Jugando con las dimensiones y presentadas en dos o tres tallas más grandes, las camisas son más largas, más voluminosas y más caídas. Fluidas y de aire casual, los detalles son esenciales, prominentes bolsillos parche estratégicamente colocados, apliques de metal, botones desiguales o cuellos exagerados, le dan a su silueta un aire despreocupado. Las camisas cuadradas con bolsillos de iguales proporciones surgen como tendencia clave masculina para el O/I 17-18. Sus agrandados bolsillos con tapeta hacen referencia a los uniformes militares y ropa utilitaria de trabajo. Se evitan los algodones gruesos y se opta por tejidos más fluidos, actualizándose en un enfoque más discreto con sus telas de base lisa. nos proponen combinaciones en las camisas, de lo más excéntricas y atrevidas. Eligiendo un enfoque diferente, los estampados y colores en todas sus versiones son los grandes protagonistas, fundiéndose todos ellos, en una combinación de tonos contrastantes y prints cortados en diferentes texturas y direcciones utilizados con ingenio para lograr un efecto óptico con mucho carácter.
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