La planta del algodón es de la familia de las malváceas, las cuáles se cultivan con el objetivo de aprovechar las fibras que envuelven su semilla. Hay distintas especies de algodón, las más importantes son: hirsutum, que crece en América, la herbaceum y arboreum, que crecen en Asia.
El algodón se produce en zonas de clima tropical, por esa razón no se da en Europa central. Sólo podemos encontrarlo en algunas zonas calurosas de Rusia y en los países asiáticos de la antigua Unión soviética que se encuentran en Asia.
Un algodonero es un arbusto que requiere principalmente una gran cantidad de agua, sombra y humedad durante todo su crecimiento. Sus hojas poseen aberturas microscópicas, por las que puede respirar e intercambiar gases y líquidos con el exterior. Las semillas se plantan durante la estación de las lluvias permitiendo que en una o dos semanas después empiecen a apuntar las primeras hojas. Al cabo de unos meses empiezan a germinar las flores blancas, amarillas o rosas. Pasado un tiempo la flor cae y en su lugar aparece un capullo verde, el cual debe madurar en algunas semanas. Cuando está lo suficientemente maduro se abre y sale el algodón.
Desde hace ya varios siglos, el algodón ha sido utilizado por las personas para crear prendas de vestir. En la actualidad, aun se usa como materia prima para la elaboración de telas de alta calidad. Al no ser un material sintético es un excelente aislante del calor por lo tanto nuestro cuerpo se mantiene fresco en el verano, pero también puede mantenernos calientes evitando el frío en el invierno.
Es una opción para los países que no tienen alta producción de lana y que buscan calidad en fibras de origen natural además de ser muy ligero. En el mundo es muy apreciado por su comodidad.
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